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El anarquismo de Malatesta:
Una interpretación caritativa
Una interpretación caritativa
La
idea de “gradualismo anarquista” que Malatesta elaboró en la década de 1920,
fue el resultado final de su elaboración teórica y táctica. Las dos décadas
después de su retorno a Londres en 1900 por ningún motivo fueron inactivas o
intelectualmente improductivas, como lo demuestra un breve excursus de su
actividad: en 1902-3 editó La Rivoluzione
Sociale, en el que historiadores como Pier Carlo Masini han visto “una fase
involutiva,” en contraste con la “política de realismo y pragmatismo” de años
anteriores, pero aún en la década de 1920 Malatesta mismo la consideró
importante e infravalorada;[1]
en 1907 Malatesta fue protagonista del congreso anarquista internacional de
Amsterdam; en 1913-4 estaba de vuelta en Italia, donde editó Volontá y tuvo un rol clave en el
movimiento insurreccional de la “Semana Roja”; y en 1914-6, durante la Primera
Guerra Mundial, Malatesta reafirmó el anti-militarismo como piedra angular de
la coherencia anarquista entre medios y fines, en dramática oposición a Kropotkin.
Aún
así, las ideas centrales del gradualismo anarquista son claramente rastreables
en sus escritos de 1899, en artículos que así lo ilustran, como “Verso
l'anarchia.”[2]
Por ende, el gradualismo ofrece un punto ventajoso desde el que puede ser mejor
evaluada la evolución de Malatesta en 1889-1900, porque explica con detalle las
implicancias de las ideas germinadas en dicho período.
Sigue con:
Un proceso espontáneo impulsado por la moral
Teorías de acción colectiva: una comparación
Epílogo: menos es más