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Movimientos
populares de fines abiertos, 1892–94
A medida que la institucionalización
del movimiento del Primero de Mayo comenzó a sofocar las esperanzas
anarquistas, las oportunidades insurreccionales a las que Malatesta tornó
principalmente su atención fue a los movimientos populares que no habían sido
iniciados por anarquistas, pero a los que no obstante urgió a los anarquistas a
unírseles. La actitud de Malatesta hacia dichos movimientos pone de manifiesto
otro aspecto de sus tácticas, la flexibilidad e inclinación a la apertura de
mente para tomar ventaja de toda oportunidad. La inclusividad en vez de la
autonomía anarquista pasó al primer plano en sus tácticas de aquellos años.
Incluso cuando las luchas populares no tenían fines anarquistas, Malatesta
creía que podría ser potencialmente revolucionarias, no como resultado de los
fines declarados de los participantes, sino de la lógica radicalizadora de la
acción colectiva.
Las
tácticas y la actitud de Malatesta hacia los movimientos colectivos en los años
1892-4 son mejor comprendidos en su contraste con las tácticas y actitudes de
las corrientes anarquistas que criticaron sus ideas y obtuvieron momentum en
aquellos años. Tal comparación le permite a uno apreciar los rasgos específicos
del anarquismo de Malatesta; demuestra que los desacuerdos sobre la
participación en los movimientos colectivos estaban conectados con las visiones
divergentes en un amplio rango de asuntos, ilustrando así los enlaces teóricos
internos en la versión de Malatesta y en versiones alternativas del anarquismo;
y en parte explica el éxito limitado de las iniciativas de Malatesta en
aquellos años.
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